Montejo de Cebas pide "una solución" para el balneario y su entorno

La localidad de Montejo de Cebas, con el apoyo de la formación Vivir en Tobalina, pide "una solución, con carácter de urgencia" para el balneario de propiedad privada ubicado en esta pedanía de Valle de Tobalina. Un edificio, cuyas obras fueron paralizadas hace ocho años, y que "padece una serie de carencias por la falta de atención municipal". 

Se ha iniciado una recogida de firmas en la plataforma Change.org para exigir al Consistorio tobalinés que tome cartas en el asunto. "No está haciendo el esfuerzo que una localidad con el potencial turístico Montejo de Cebas necesita", afirma el comunicado anexo a la recogida de firmas.  

"Han sido varias las ocasiones que, colectiva o individualmente, hemos puesto en conocimiento del Ayuntamiento uno de los mayores problemas que nos aqueja diariamente: el abandono en que se encuentra tanto el entorno del manantial como el del balneario de Montejo de Cebas", continúa el texto, antes de afirmar que, tras ocho años de paralización de los trabajos, "hoy nos encontramos con un entorno degradado, con suciedad, vallas rotas, huecos de ascensor abiertos, fosos, accesos a los tejados, grúa y material de obra esparcido por el recinto del balneario y sus aledaños, con una construcción que supone un importante impacto visual que perjudica a los vecinos y al turismo de Valle de Tobalina y con numerosos riesgos por la facilidad con que se puede acceder a las
instalaciones del balneario". De todo ello, los promotores de la iniciativa estiman que el Ayuntamiento es "responsable subsidiario de lo que pueda pasar", ya que la empresa propietaria, dicen, no se hace cargo de su mantenimiento. 

Los vecinos solicitan, "con carácter de urgencia, cerrar el perímetro del balneario para impedir el acceso al recinto de personas, especialmente niños y jóvenes. Además, piden que se adopten "las decisiones oportunas para que el proyecto del balneario de Montejo de Cebas se finalice, o en su defecto se justifique la no viabilidad del proyecto mediante una aditoría, o en su lugar se vuelva a dejar la zona tal como estaba antes de comenzarse el proyecto. Por último, exigen que "se adecúe el entorno al manantial para que se convierta en una zona de uso y disfrute de los vecinos y los visitantes".