Los restos de siete represaliados fueron trasladados desde fosas de Las Merindades hasta el Valle de los Caídos

En el mismo lugar donde este jueves se va a producir la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco también depositados los restos de hasta ocho víctimas de la represión en Las Merindades. Según el banco de datos del Ministerio de Justicia de España, hasta el Valle de los Caídos fueron trasladados a partir de 1959, momento en que concluyó su construcción, estas personas que previamente habían sido enterradas en fosas comunes de distintos lugares de la comarca.

En concreto, las autoridades de la dictadura llevaron los restos humanos desde Espinosa de los Monteros, Villarcayo y Alfoz de Bricia, que se suman a otros 32 del resto de la provincia de Burgos. Se trata de Pablo Cuesta García (Espinosa de los Monteros), Nicolás García Fernández (Villarcayo), Josefa Rodríguez Peña, Mauricio Vallejo Parte, Florián -de apellidos desconocidos- y dos personas más que no han podido ser identificadas (estos cinco últimos, de Alfoz de Bricia).

En el Valle de los Caídos yacen los restos registrados de 33.833 personas, víctimas de uno y otro lado de la contienda, que desde 1959 hasta 1983 fueron llevados en 491 traslados desde fosas y cementerios de todas las provincias de España. De los restos inhumados desde 1954 alrededor de 21.423 son de víctimas identificadas y 12.410 de personas desconocidas.

Según una circular publicada en 1958, para la exhumación y traslado de enterramientos individuales de restos identificados en cementerios había de mediar el consentimiento expreso de los familiares. En el caso de enterramientos colectivos con restos total o parcialmente identificados era necesaria la conformidad familiar respecto de todos cuantos estuvieran identificados. Sin embargo, en los enterramientos individuales o colectivos con restos no identificados, fuesen en cementerios o en otros lugares, se ordenó proceder a la exhumación y traslado sin otras diligencias ni de identificación ni de autorización.

La edificación de la Basílica del Valle de los Caídos tuvo lugar entre 1940 y 1958, bajo la dirección de dos arquitectos: Pedro Muguruza hasta 1950 y Diego Méndez desde este año, cuando sustituyó al primero por motivos de enfermedad. La decisión partió del propio Jefe del Estado, Francisco Franco, por unos decretos de abril de 1939 y abril de 1940.