Siete municipios de Las Merindades tendrán menos de 50 habitantes en 2050
Imagen del pueblo de Nela, en la Merindad de Sotoscueva. |
El fantasma de la despoblación es el mayor enemigo de las zonas rurales y, si nadie lo remedia, comarcas como la de Las Merindades van a ir agonizando en un futuro no tan lejano. En 2050, siete municipios merineses contarán con menos de 50 habitantes, según la conclusión a la que ha llegado la Universidad de Ávila en un estudio sobre el futuro poblacional de todos los municipios de Castilla y León, que tiene en cuenta únicamente los movimientos naturales de población (natalidad y mortalidad) y no los migratorios.
Así, si en 2018 sólo Cillaperlata, con 33, bajaba del medio centenar de habitantes y a mediados de siglo contará con tan solo 10, en 2050 ya se le unirán en este terrible hito otros territorios como Alfoz de Bricia (34), Berberana (23), Junta de Villalba de Losa (48), Jurisdicción de San Zadornil (24), Partido de la Sierra en Tobalina (28) y Valle de Zamanzas (14). Y se quedarán rozando el palo Alfoz de Santa Gadea (54), Junta de Traslaloma (53) y Valle de Manzanedo (56). La mayoría de los municipios pequeños de Las Merindades rondan el 50% de pérdida de población en este periodo 2018-2050 y son la propia Cillaperlata, con un 69,7, y Partido de la Sierra en Tobalina, con un 68,9, los que se llevan la palma.
Visto lo visto, todos los municipios de la comarca perderán habitantes y con porcentajes muy altos. Los menos castigados, según el estudio, serán Medina de Pomar, que 'sólo' perderá un 24,5 por ciento de su población; el Valle de Mena (27,5%) y Villarcayo (29,3%). Espinosa de los Monteros se quedará en un 31% menos y el Valle de Tobalina continuará con su caída vertiginosa de población (42,7%), para pasar de los mil que ya ha perdido en el último recuento a los 543 estimados.
Con estos datos, Medina de Pomar bajará de los 5.816 a 4.391; Espinosa de los Monteros aguantará por encima del millar de habitantes (1.170) tras perder más de 500; pero Oña caerá de los 1.024 a los 442 (un 56,8%); el Valle de Mena pasará de 3.739 a 2.711 y Villarcayo verá reducida su población de 4.207 a 2.976.
Ni que decir tiene que todo esto además irá acompañado de un envejecimiento preocupante de la población. Los menos castigados en este aspecto serán Medina de Pomar, Valle de Mena y Villarcayo, que contarán con un 37,6%, un 39,1% y un 39,1% respectivamente, de habitantes con más de 65 años en su población en 2050. En el lado contrario se encuentra el Partido de la Sierra en Tobalina, con un 76,9 por ciento de sus habitantes superando esa cifra.
Pero es que además, aumentará el sobreenvejecimiento, con una gran cantidad de pobladores de más de 85 años. Partido de la Sierra en Tobalina alcanzará el 25 por ciento y Cillaperlata el 20. De nuevo las localidades más grandes serán las que aguanten con un poco más de fortaleza el ataque de esta enfermedad de la despoblación.
El estudio de la Universidad de Ávila "parte del hecho de que la variación de población de una unidad territorial en un determinado periodo se debe a dos tipos de movimiento; por un lado, al movimiento natural de la población y, por el otro, al movimiento debido a los flujos migratorios. En lo que se refiere al movimiento natural, para pasar de la población en un periodo 0 a la población en un periodo t, deben sumarse los nacimientos y restarse las defunciones que se hayan producido en dicho periodo en la unidad territorial de referencia. Mientras que, en lo referente a los flujos migratorios, deben sumarse las llegadas de población (inmigración) a dicha unidad territorial y restar las salidas (emigración) durante el periodo. Así pues, los resultados que se muestran se limitan a la proyección del movimiento natural, no teniendo en cuenta los flujos migratorios".
En la construcción del modelo, "para el que se han tenido en cuenta una serie de supuestos sobre natalidad y fecundidad, se ha estimado año a año la población por sexo y edad (agrupada esta variable en cohortes quinquenales) hasta el año 2050, partiendo de la población real del Padrón Municipal de 2018. A esta población real inicial de cada municipio por edad (grupos quinquenales) y sexo, se van aplicando tasas de natalidad y mortalidad para llegar a la población en el año final. Así, se podrá llegar a conocer no sólo la despoblación que habrá tenido lugar en el periodo sino también el grado de envejecimiento de los municipios en el horizonte objetivo".
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