La Mesa Eólica Merindades pide la "exclusión eólica" de la comarca
La Mesa Eólica Merindades de Burgos ha enviado una carta a todos los Ayuntamientos y Juntas Vecinales de la comarca de Las Merindades, así como a las asociaciones que forman parte del Centro de Desarrollo Rural (Ceder) Merindades, en la que solicita la declaración de Las Merindades como territorio de exclusión eólica mediante acuerdo de Pleno en cada uno de sus Ayuntamientos y/o Juntas Directivas, así como "urgir al promotor y Junta de Castilla y León, que se proceda al desmantelamiento de todos los parques eólicos al vencimiento de su explotación, al haber caducado ya algunos (PE La Mesa, actualmente en tramitación de solicitud de modificación) y otros muchos estar a punto de hacerlo, para evitar así la repotenciación o modificación de dichas infraestructuras por otras del triple de tamaño que las existentes y con afecciones irreversibles para el futuro de nuestra comarca".
La Mesa Eólica Merindades de Burgos recuerda que la comarca, junto con el resto de la provincia, lleva más de 20 años de implantación eólica, "produciendo actualmente más del doble de energía renovable que la que necesita para su consumo eléctrico".
Así mismo, la Mesa Eólica Merindades se pone a disposición de todos los Ayuntamientos y Juntas Vecinales para informarles de la situación actual y los motivos que hacen "necesaria con carácter urgente" la petición de exclusión y desmantelamiento.
Esta es la carta remitida por la plataforma:
Veintiún años han pasado desde que los primeros aerogeneradores aparecieran en Las
Merindades y un colectivo de personas nos movilizáramos dando la voz de alerta ante la
implantación caótica, desalmada y sin rigor de “parques” eólicos en la comarca,
constituyéndonos como asociación para la defensa, conocimiento, conservación y estudio
de la naturaleza y en especial, de los efectos de los parques eólicos sobre el medio ambiente en Las Merindades. Desde entonces afrontamos y nos enfrentamos con rigor ante las distintas Administraciones y empresas para ejercer nuestros derechos como ciudadanos responsables y cumplir con la defensa a la que nos comprometimos.
Transcurrido todo ese tiempo en el que la energía eólica no ha hecho de Las Merindades una comarca ni más rica, ni más poblada ni más apetecible, el viento nos vuelve a traer una invasión de solicitudes de proyectos eólicos y fotovoltaicos inasumible. Esta vez de aerogeneradores mucho más grandes, de fotovoltaica extensiva y todo ello, mucho más subvencionado y ventajoso para los promotores que lo instalan y mucho más bendecido por campañas de marketing que enmascaran la realidad de forma perversa. Vienen a salvar el planeta y el clima cuando lo que realmente hacen es destrozarlo para que esas tecnologías puedan implementarse, porque necesitan recursos que apenas existen, porque los agotan en países menos desarrollados que el nuestro, porque para plantarlos en nuestras cumbres
y territorios arrasan y destruyen. La realidad no se cuenta, solo se habla de cifras y números, se proyecta, se diseña, y la realidad, la verdadera realidad, la sufrimos los de siempre y la de siempre, la naturaleza y las gentes que en ella habitan.
Las Merindades de Burgos es una comarca única en biodiversidad a nivel internacional, con un patrimonio natural, cultural y arqueológico de altísimo valor. Un territorio que condensa en 2.821 km2 una riqueza que estamos obligados a conservar, cuidar y hacer de ella nuestro modelo de desarrollo. La sencillez y la sensatez deben marcar nuestra hoja de ruta.
El Ceder Merindades y sus técnicos llevan apostando tres décadas por este modelo, impulsando proyectos, ayudas, colaborando con Ayuntamientos, asociaciones, entidades y haciendo hincapié, formación y concienciación sobre la importancia de conservar nuestro mejor recurso, el territorio que habitamos. Bien saben ellos que de esa conservación depende nuestro presente y nuestro futuro, y así se lo han comunicado a todos los Ayuntamientos en un informe elaborado con meticulosidad y rigor.
Como habitantes de esta comarca, algunos sin haberla abandonado nunca, hemos sido testigos de la extracción de recursos energéticos a la que ha sido sometida a lo largo de décadas, desde presas hidroeléctricas hasta nucleares, siendo esta comarca la que tiene en su territorio la primera central nuclear de España, ahora ya en preliminares de desmantelamiento.
Y precisamente de eso queremos hablar. De desmantelamientos constructivos. Soplan vientos de autoestima. Ayuntamientos como Villasana de Mena, Espinosa de los Monteros, Merindad de Valdeporres (por encuesta popular apabullante), Villarcayo y Medina de Pomar, así como Juntas Vecinales como la de Cidad de Valdeporres, pionera en alzar la voz ante esta nueva oleada de solicitudes de proyectos eólicos en la comarca, tras la que han venido otras muchas pedanías, se han pronunciado en contra de este tipo de implantación de energías renovables en Las Merindades.
La población, informada desde la Mesa Eólica Merindades, ha cogido el testigo de la necesidad de la Defensa de Las Merindades y en torno a una plataforma con ese mismo nombre, está realizando mesas informativas, recogida de firmas, presentación de alegaciones y concienciación sobre la destrucción irreversible para la comarca que conllevaría que los 15 macroproyectos eólicos que ahora mismo están planteados llegaran a autorizarse y construirse. La población, las gentes, tenemos claro que ASÍ, NO, y que NOS SOBRAN MOTIVOS en Las Merindades para pedir una exclusión de instalaciones en toda la
comarca, porque se lo ha ganado a pulso. Si de algo se han acordado siempre de Las Merindades es para utilizarla como territorio para la extracción de recursos, no para traerlos.
Hacemos un llamamiento a todos los Ayuntamientos y pedanías para aprovechar los buenos vientos, los de la dignidad y la autoestima para decir a nivel comarcal que queremos ser una reserva de conservación de biodiversidad, que queremos que al vencimiento de la vida útil de los “parques” eólicos que llevan más de 20 años destrozando nuestros paisajes, avifauna, biodiversidad, turismo, se desmantelen y se restaure lo destrozado, se deje a la naturaleza seguir su curso y con él, cuidándola y viviendo con ella como nuestro mejor aliado, devolvamos a esta tierra el respeto y el valor que se merece.
Seamos los conductores de nuestro propio desarrollo, aprovechemos los vientos para la unión, la defensa, la coherencia y la gestión en Las Merindades de nuestro presente y nuestro futuro.
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